El objetivo del tratamiento
es desarrollar al máximo el potencial de la persona. El entrenamiento y la
educación especial pueden comenzar desde la lactancia, lo cual incluye
destrezas sociales para ayudar a la persona a desempeñarse de la manera más
normal posible.
Es importante que un
especialista evalúe a la persona en busca de otros problemas de salud mental y
física. Generalmente la terapia conductual es útil para las personas con
discapacidad intelectual.
Es recomendable analizar las
opciones de tratamiento y apoyo con el médico o la trabajadora social para
poder ayudarle al niño a alcanzar todo su potencial.
Pronóstico
El desenlace clínico depende de:
- La gravedad y la causa de la discapacidad intelectual
- Otras afecciones
- Tratamiento y terapias
Muchas personas llevan vidas productivas y aprenden a desempeñarse por
sí solas. Otras necesitan un ambiente estructurado para lograr el mayor éxito.
Prevención
Genética: la asesoría genética y los exámenes durante el embarazo pueden
ayudarles a los padres a entender los riesgos, al igual que a hacer planes y
tomar decisiones.
Social: los programas de nutrición pueden reducir la discapacidad intelectual
asociada con desnutrición. Igualmente, es de gran ayuda la intervención
oportuna en situaciones que involucran maltrato y pobreza.
Tóxica: prevenir la exposición al plomo, al mercurio y a otras toxinas reduce
el riesgo de discapacidad. Enseñarles a las mujeres
acerca de los riesgos del alcohol y las drogas durante el embarazo también
puede ayudar a reducir el riesgo.
Enfermedades infecciosas: ciertas infecciones pueden llevar a que se presente discapacidad
intelectual. La prevención de estas enfermedades reduce el riesgo. Por ejemplo,
el síndrome de la rubéola se puede prevenir a través de una vacuna. Evitar la
exposición a las heces de gatos, que pueden causar toxoplasmosis durante el
embarazo, ayuda a reducir la discapacidad a raíz de esta infección.
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